Implosionan una sesión con entradas y salidas de discursos dilatorios, alejando el objetivo del llamado.
Horas buscando quien filtró informaciones a un comunicador que los acusó de lo luego parecia hicieron, dilatar, presionar, sea verdad o no, creando la percepción.
Una bancada abandona por política dizque del presidente de la república sus deberes pero los gobiernistas se ausentan sin justificación postrando la sensación de irrespeto al deber con la ciudadania.
Exposiciones largas y a veces aburridas creando jornadas capaces de ser sintitizadas en casi 10 minutos por lo reiterativo de las intervensiones, hablando siempre los mismos, como una competencia de canto más que un escenario legislativo.
Debates insípidos por horas sin resultado alguno.
La sensación seguro hoy «calculada» cual «gatita de maria ramos» del no liderasgo legislativo y la no imposición de disciplina y rigor.
Decia una veterana regidora que fué presidente del concejo que a ella nunca se le cayó una sesión… ¡qué diferencia!.
Sin tener en cuenta las demoras de proyectos necsarios para todos y la rapidez de aprobación de algunos al vapor, van modelando sobre realidades posiblemente magnificadas por algun que otro adversario pero sin dejar la objetividad, el contexto.
Todo ello configura la sensación que la población tiene de sus regidores sumado a algún que otro show fuera del escenario de la sala capitalular configura el que se vea demasiado forzado que se pasen minutos tratando de buscar culpables de las declaraciones de un comunicador y no, si este, quitando algunos términos fuertes, tuviere razón o no.
Ojalá y el tiempo que queda por venir sea de debates centrados, menos figureo, más de cara a la ciudadania porque siempre hay tiempo para el mea culpa y la rectificación.
Como actores políticos deben estar listos para saber que los ojos estan encima y que los votantes por un lado como quien depositó la confianza, así como la prensa, el 4to poder, están aptos y listos para la crítica incluso descarnada siendo la principal preocupación cumplir con el rol y no buscar culpables de la «demonización«, lo cual constituye una real pérdida de tiempo.
